DURBAN Y LA EDUCACIÓN AMBIENTAL
¿Una “primavera climática” al estilo de las árabes para obligar a los gobiernos a decidir el post-Kioto ya? No, mejor hacerlo creando el caldo de cultivo para que los ciudadanos tomen conciencia de que el cambio climático afecta a todos y de que hay que actuar ahora. Esta es una de las reflexiones hechas ayer en Madrid en la mesa redonda organizada por Equo sobre el futuro de la negociación internacional para parar el cambio climático tras el fracaso de la cumbre de Durban de diciembre.
Allí, los líderes mundiales, y sobre todo los países más contaminantes como Estados Unidos y los grandes emergentes, han seguido remoloneando y no quieren comprometerse para luchar contra el cambio climático hasta 2020, mientras el Protocolo de Kioto expira este año y sólo se prorrogará con un pequeño grupo de países, los europeos, y para el 11% de las emisiones mundiales de gases contaminantes.
Aida Vila (Greenpeace), Juan López de Uralde (Equo), Teresa Ribera, ex secretaria de Estado de Cambio Climático, Llorenç Serrano (CCOO)
Frente a un Estados Unidos que no quiere ver la gravedad del asunto, una China que es cada vez más consciente de no puede quedarse al margen de esta negociación internacional y otros tantos países que están tirando la toalla, la Unión Europea debe mantener el liderazgo en esta lucha y adoptar mayores compromisos, se dijo ayer.
Mientras en Estados Unidos, las empresas de petróleo o carbón financian a los movimientos que niegan el cambio climático, la UE vive un momento crucial para conservar o no la posición de líder que ha tenido hasta el momento en estas negociaciones, ya que en las próximas semanas tiene que decidir si mantiene la reducción de emisiones en un 20% en 2020 o quiere llegar a un 30%, límite que apoyan grandes empresas por los beneficios económicos que les puede suponer.
Tras el silencio informativo detectado después de Durban, ahora toca trabajar para transmitir que se trata de un problema de todos y que hay que cambiar el modelo de producción hacia lo sostenible, construir “un discurso donde reducir las emisiones sea algo atractivo” para los países, defender la validez de los estudios científicos, no politizar el tema y que todos los partidos se impliquen, se propuso ayer, la víspera del Día Mundial de la Educación Ambiental.
Quiero verde 
Claro que EEUU ve la gravedad del asunto, pero es más importante el beneficio económico, en especial en año electoral y, como bien dices, cuando numerosas empresas financian a quienes niegan la mano del hombre en el cambio climático.
En cuanto a Europa, la situación es aún peor, con los dirigentes de la UE mirándose el ombligo y bastante preocupados con no salir quemados de la crisis económica y financiera como para tener consideraciones con el medio ambiente
Estoy totalmente de acuerdo con Jesús. La Unión Europea tiene ahora sus miras puestas en otros asuntos, y si hablamos de Estados Unidos el año electoral es un año ‘perdido’ porque el candidato tiene como objetivo volver a ganar, y todos sus esfuerzos van dirigidos a ello, así que sus mensajes y acciones serán los que quieran escuchar y ver sus electores(bueno, en Estados Unidos y en todos los países del mundo!!). Mal vamos por ese camino….
oscuro panorama
Acaba de terminar a finales de mayo en Bonn la primera reunión mundial sobre cambio climático después de Durban, y resulta que prorrogar Kioto también es un problema. Como no ha habido acuerdo, no se le ha puesto fecha. La Comisión Europea es partidaria de prolongarlo ocho años (2013-2020), hasta que entrara en vigor el nuevo acuerdo mundial, pero colectivos ecologistas son partidarios de que dure menos, cinco años, porque así se podría adelantar la vigencia del acuerdo global, en el que participarían varios de los países más contaminantes, como Estados Unidos y los países emergentes.
Y todo esto al mismo tiempo que la Agencia Internacional de la Energía (AIE) ha sacado su informe sobre 2011 en el que anuncia que el año pasado hubo un récord de emisiones mundiales de CO2 provocadas por combustibles fósiles, que subieron un 3,2%, incluso con algunos países en crisis económica. El 45% de las emisiones del año pasado provinieron del uso de carbón, el 35% del petróleo y el 20%, del gas.
Mientras se publicaban estas cifras, «en Bonn, algunos de los mayores emisores (de gases contaminantes) del mundo han empleado demasiada energía intentando ir hacia atrás en vez de avanzar», acusó hace unos días la comisaría europea de Acción Climática, Connie Hedegaard.
«Esto no es sólo irresponsable, sino insostenible en el proceso de la Convención Marco de la ONU para el Cambio Climático», y «dada la urgencia del problema, molesta ver que el ritmo que llevan las negociaciones sobre el clima no va a ayudar a que produzcan los resultados necesarios en Doha», en la próxima cita mundial sobre el clima, a final de año.