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DERECHO HUMANO Y BIEN COMÚN

abril 26, 2012

Abuela Grillo from Denis Chapon on Vimeo.

¿Sabías que para que una manzana llegue a nuestra mesa se han gastado 125 litros de agua? La huella hídrica, es decir, el gasto de agua dulce en cada acción humana o bien producido, alcanza cifras inimaginables: en una ducha gastamos unos 50 litros, fabricar una camiseta de algodón supone gastar unos 2.500 litros y producir un kilo de carne de ternera, 15.400 litros. Mientras, más de 780 millones de personas (el 11% de la humanidad) viven hoy sin tener acceso al agua potable.

El agua es uno de los recursos naturales más necesario y frágil y sufre las amenazas de la contaminación, el cambio climático y la sobreexplotación. El acceso al agua potable y al saneamiento, esencial para vivir y para hacer frente a muchas enfermedades mortales, es un derecho humano declarado por la ONU sólo desde 2010.

En los últimos años, el número de personas con acceso al agua potable ha aumentado hasta alcanzar al 89% de la población mundial y con él, uno de los Objetivos de Desarrollo del Milenio de la ONU. Sin embargo, unas 2.500 millones de personas (el 37% de la población), aún no tienen acceso a servicios de saneamiento (sistemas de recogida y tratamiento de aguas residuales), según cifras de UNICEF y la OMS, que ven difícil que este porcentaje se reduzca al 25% –otro Objetivo del Milenio—en 2015.

Mientras el acceso al agua y saneamiento tardan en convertirse en universales, se observan cambios en todo el mundo en los sistemas de gestión de este bien.

El actual proceso mundial de privatizaciones de servicios públicos de aguas, iniciado en los 80 alentado por las instituciones financieras internacionales, convive en el último lustro con una vuelta a manos públicas de muchos servicios que se habían privatizado.

Esta “remunicipalización”, en ciudades de los cinco continentes, responde a los problemas derivados de la gestión privada –reconocidos incluso por el Banco Mundial–, como subidas de precios, falta de inversiones para mejorar los servicios y para un uso eficiente del agua, ausencia de medidas de respeto del medio ambiente o no ofrecer el servicio en lugares remotos y a personas que no pagan.

Desde la conocida como “Guerra del agua” del año 2000 en Cochabamba (Bolivia), ciudades como París, Buenos Aires, Atlanta, Dar es Salaam, Yakarta y otras tantas en Malasia han visto cómo la gestión del agua, que había pasado al sector empresarial, ha vuelto al municipio, mientras otras como Nápoles y varias ciudades de Francia pretenden hacerlo en los próximos años.

Al mismo tiempo, en Roma y Madrid los ciudadanos se movilizan en contra de procesos de privatización en marcha, y en países como Holanda y Uruguay está prohibida.

Este proceso, que ya se dio en siglos pasados, no supone simplemente un cambio de manos, sino que debe implicar “crear operadores públicos más transparentes y responsables, que garanticen sistemas de agua y saneamiento que sean social y medioambientalmente sostenibles para todos”, según el reciente informe “Remunicipalisation: Putting Water Back in Public Hands”.

El reconocimiento del agua y saneamiento como derecho humano “obliga a los poderes públicos a dar el acceso básico de manera eficaz y prioridad máxima y a proveer los servicios asociados siguiendo criterios de cobertura universal, igualdad, no discriminación, transparencia, eficiencia, calidad en el servicio, rendición de cuentas y sostenibilidad”, todo ello “sin ánimo de lucro”, defiende por su parte la Fundación Nueva Cultura del Agua, que recuerda que según la Directiva Marco europea del Agua, ésta “no es un bien comercial como los demás, sino un patrimonio que hay que proteger, defender y tratar como tal”.

Sin embargo, la actual crisis económica ha vuelto a poner sobre la mesa nuevas privatizaciones de aguas, señalan ambas entidades, sobre todo en Europa.  En Grecia, la troika está imponiendo en Atenas y Tesalónica.

En España, donde cerca de la mitad de la gestión está privatizada, ya ha empezado el proceso en la Comunidad de Madrid y hay proyectos en Lugo, Jerez de la Frontera, el Puerto de Santa María y el área del Ter-Llobregat. Esto en un país que incumple la legislación europea sobre agua, que está entre los primeros del mundo en hacer un uso ineficiente del agua, según el Water Poverty Index, con problemas de sequía recurrentes, medio millón de pozos ilegales y un ministro de Medio Ambiente a favor de los trasvases.

Fotos: E.Santafé

Por eso merece la pena seguir con atención las políticas de aguas y al mismo tiempo practicar su uso responsable con trucos que proponen guías didácticas como éstas y otros que seguro ya practicamos:

http://www.caib.es/sacmicrofront/archivopub.do?ctrl=MCRST259ZI101967&id=101967

http://www.absostenible.es/fileadmin/agenda21/documentos/a21Escolar/AGUA_HOGAR_m5.pdf

11 comentarios leave one →
  1. Ángeles permalink
    abril 27, 2012 7:11 am

    Estamos tan acostumbrados a abrir un grifo y a que salga agua sin problemas que a veces no nos damos ni cuenta de lo que eso significa. Al margen de las políticas gubernamentales, es fundamental que, en el día a día, eduquemos a nuestros hijos en el uso responsable de un bien tan preciado…y que tanto derrochamos.

  2. abril 27, 2012 9:18 am

    No conocía la ONL Fundación Nueva Cultura del Agua, y creo que sientan unas bases valiosísimas: «cambiar la forma de entender qué supone disponer de agua, y potable, cada día cuando queramos y para lo que queramos». (¿Cómo es posible que 2.500 millones de personas no tengan servicios de saneamiento?) .

  3. Ángela permalink
    abril 28, 2012 11:46 am

    Aprovechamiento y recogida de aguas pluviales parece que son parte de la solución. Eduquemos a nuestros hijos, pero también a nuestros padres, a nuestros políticos… Como consumidores tenemos la sartén por el mango! Os dejo un artículo relacionado. Gracias Elisa!
    http://www.duendemad.com/index.php?q=node/1829

  4. Pedro permalink
    abril 28, 2012 11:58 am

    Bueno… bueno… Cuando ciertos servicios se han privatizado es, precisamente, porque gestionados públicamente adolecían de ciertas faltas. La gestión privada también sufre sus carencias… pero no son la panacea, ni unos, ni otros. Es cuestión de hacer un análisis detallado de por qué en algunos sitios funciona y en otros no. Quizá es una cuestión moral, que si tienes a gente moralmente responsable gestionando y controlando la gestión, la cosa funciona… y sino, no. Pero no me vale decir que la municipalización asegura todo aquello que se quiere, porque no es cierto. Y tampoco veo que estar a favor del trasvase sea la demostración de que no se tiene ni idea de gestión del agua.

    Otra cosa es que, efectivamente, sea imprescindible controlar a quien sea que se ocupe de gestionar el agua. Por ejemplo, hasta hace 2 años (aprox) había SOLO una tubería que suministraba agua desde el Ter. Es decir… revientas esa tubería, y el 80% de Barcelona se queda sin agua. Por cierto… Aguas de Barcelona es un agujero enorme de recursos financieros. Tienen un problema ENORME.. y no se comenta demasiado porque no saben qué hacer con él, porque subir las tarifas para compensar los costes les parecía impopular hasta hace dos días, que ya tocaba. ¿Injusto? Sin duda… pero, como en la energía, tan injusto es pagar por las malas inversiones como no pagar por lo que se consume sólo por ser un bien social. Si hace falta, se paga contra los presupuestos, pero que sepamos todos cuánto se debería pagar y por qué… porque otra cosa es la tontería financiera que se dedican a montar al hacer organismos. Poco serio.

    Otro punto… ¿Quién ha hecho los cálculos del agua necesaria para producir una camiseta? Me parece una burrada y me parece difícil ver la fundamentación detrás…

    Sobre la gestión del agua y «no dejar el grifo abierto», tengo que decir que tengo mis dudas que el embalsamiento sea una solución y que dejar que corra sea un derroche. El agua es un ciclo… y hay que preguntarse si al romperlo con embalses y contención… lo que hacemos no es romperlo.

    Según tengo entendido, el consumo per cápita en Barcelona es de los más bajos. ¿Sólo en Barcelona tenemos problemas de agua? ¿En el resto de España se duchan más rato? Tsk, tsk… creo que aquí necesitamos algunos datos más para andar sacando conclusiones sólo en base a dos o tres comentarios de «expertos», que, como la mayoría… montan sus estudios para apoyar una conclusión que muchas veces ya habían concebido previamente. El pensamiento científico no es tan fácil de educar, y la asertividad de ciertos estudios, donde parece que se selecciona la información para hacerlos más concluyentes… a mí no hace sino generarme sospechas.

    Todo ello dicho, estoy de acuerdo en la SUPER-relevancia que tiene la gestión del agua, ahora y en el futuro. En que es inadmisible que haya tanta gente sin acceso a la misma, en que haya derroche cuando es obvia la carencia (eg: montar huertas donde no hay agua o montar pozos sin saber cuánto se saca y si se regenera ese agua) y en que muchas cosas se pueden hacer mejor… desde el ámbito público o privado, empezando por la educación y la valoración del agua.

    No pensabas que porque seamos amigos iba a dejar mi espíritu crítico, ¿Verdad?. De todas formas, estoy básicamente de acuerdo.

  5. Wlady permalink
    May 2, 2012 4:12 pm

    Sugiro que se faça uma pesquisa sobre a adição de fluor na agua potável que abastece as populações.Seus benefícios e malefícios.
    Vladislau Neri – Pedagogo Social – especialista em Gestão Ambiental

  6. jesus permalink
    May 2, 2012 6:13 pm

    Si, es conveniente concienciar al ciudadano de que el agua es un bien escaso y que no hay que derrochar, pero en estos momentos es mucho más importante persuadir a los políticos de que no es un negocio y que debe quedar en manos públicas. Es interesante saber que así más o menos lo admite hasta el Banco Mundial, organismo fuera de toda sospecha en cuanto a la defensa del liberalismo.

  7. remi permalink
    May 2, 2012 6:39 pm

    Ya existen múltiples campañas sobre el uso racional del agua, todas muy positivas. Lo que hay que hacer es presionar a los poderes públicos para, primero, llevar agua y saneamiento a quienes carecen de ello en los países subdesarrollados y, en el primer mundo, subrayar que el agua ha de ser, siempre, un bien común, sometido al control público.

  8. Amalia permalink
    May 3, 2012 2:46 pm

    Esta información pone los pelos de punta, porque está llena de datos que sobrecogen: solo desde hace dos días (2010) el acceso al agua es un derecho humano declarado por la ONU; el 11% de la humanidad vive sin agua potable (¿os imagináis solo una semana, 5, 2 días en vuestra vida en este primer mundo sin poder abrir el grifo y beber?); el 37% de la población -¡¡¡37!!!!- no tiene acceso a servicios de saneamiento relacionados con el agua. La Fundación Nueva Cultura del Agua y otras muchas instituciones tienen por delante una larga y dificilísima tarea no solo para cambiar y hacer que se cumplan las políticas del agua, sino para que los que tenemos todo el agua que necesitemos a nuestro alcance nos concienciemos y contribuyamos en la medida de nuestras posibilidades a dar la vuelta a estos datos.

  9. FedeMolina permalink
    May 18, 2012 5:16 pm

    Nosotros, aquí en el primer mundo, no nos concienciaremos de este problema mientras tengamos unas tarifas tan baratas de agua. Lo sé: en esta era de subidas y recortes, esta postura puede parecer una barbaridad, pero nos tienen que convencer, aunque sea a base de «tarifazos, de que el agua es un bien escaso.

    • Pedro permalink
      May 20, 2012 6:02 pm

      El agua no se «gasta». El agua circula… bien usada, mal usada o nada usada.
      El consumir poco en, digamos, Europa occidental, no hará que se consuma menos en el resto del mundo. Está bien que seamos totalmente conscientes de que el agua es fundamental, pero no se trata de que los básicos vitales sean más caros.
      No es agua precisamente lo que falta en el planeta azul… lo que hace falta es entender cómo fluye y saber tratarla… (no contaminarla, no dejarla correr sin darle un uso racional…).

  10. agosto 27, 2012 5:03 pm

    En todo esto no hay que olvidar que de toda el agua que se consume en España y en Europa, el 75% aproximadamente es consumido en la agricultura, de ahí la importancia de conocer la enorme huella hídrica de muchos alimentos y quizá plantearse otro tipo de alimentación: la ecológica deja menos huella hídrica y menos huella ecológica.

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